Aburrimiento, culpa, rutina, mediocridad, arrepentimiento es lo que se
respira en casa de Elmer y Madelón, una pareja conflictiva y por momentos absurda.
Con diálogos ágiles y movimientos continuos van mostrando sus 33 años de
decepciones y frustración y la continuidad de una relación ridícula a la que
ella quiere poner fin.
Creo que Mabel Galarza, la directora, movió los hilos de esta trama y
resolvió cada detalle dándole a la obra un "timing" que no
siempre vemos en obras de este tipo. Claro que a su favor tiene la
calidad actoral de Matías Alarcón y Nora Caminoa que componen esta estrafalaria
pareja. Destacable la plasticidad corporal de los actores, sobre todo de
Nora Caminoa.
Muy buena la música y la escenografía, sencilla pero eficiente.
Un consejo: para no perdérsela.
María Buscaglia
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