TEATRO SAN MARTÍN
FINAL DE PARTIDA
Luego de las dificultades de salud de Alfredo Alcon, FINAL
DE PARTIDA, vuelve a presentarse en sus funciones habituales.
Se presenta en la Sala Casacuberta del Teatro San Martín
(Avenida Corrientes 1530), Final de partida de Samuel Beckett, con traducción
de Francisco Javier y dirección de Alfredo Alcón. El elenco está integrado por
Alfredo Alcón, Joaquín Furriel, Graciela Araujo y Roberto Castro. El apuntador
es Lautaro Ostrovsky, la asistencia artística es de Franco Battista, la
iluminación de Gonzalo Córdova, el vestuario de Mirta Liñeiro y la escenografía
de Norberto Laino.
Producción asociada del Complejo Teatral de Buenos Aires y
Pablo Kompel.
Las funciones se realizarán de miércoles a sábados a las 21,
domingos a las 20
Platea: $90.- Miércoles, día popular: $45.-
La obra
Inspirada –aparentemente- en Rey Lear de William Shakespeare
y en el Libro de Job, Final de partida transcurre en un espacio cerrado, gris y
asfixiante, en un mundo deshabitado. No hay referencias específicas que
indiquen de qué espacio se trata, pero es claro que los personajes que lo
habitan no pueden salir de allí: Hamm es una suerte de rey desposeído,
paralítico y ciego, cuyo trono es en realidad una silla de ruedas. Establece
con Clov -quien, en contraposición a Hamm, no puede sentarse- una relación de
amo-esclavo, aunque también hay un cierto vínculo padre-hijo. Por otro lado,
Nagg y Nell, padres de Hamm, viven “animalizados” en tachos de basura dentro de
ese recinto, con lo que su encierro se intensifica.
La obra gira en torno a la degradación y repetición a través
del tiempo, la certeza y a la vez la incertidumbre que la muerte trae
aparejadas, y la vacuidad y el desmoronamiento del mundo.
Según el teórico polaco especialista en Shakespeare, Jan
Kott, también “el tema de Rey Lear es la descomposición y el derrumbamiento del
mundo” pero “en la tragedia moderna, la historia sustituye al destino, a los
dioses y a la naturaleza. La historia es el único sistema de referencia”. Sin
embargo, como señala Lucas Margarit en Samuel Beckett. Las huellas del vacío,
este sistema también se pierde, si no hay posibilidad de progreso, y la obra de
Beckett es sintomática de esa imposibilidad. La historia se reduce, como los
demás sistemas ordenadores del mundo, a un vacío de alternativas de elección.”
Final de partida fue estrenada en Londres y en París en 1957
por el director Roger Blin, a quien Beckett dedicó la obra.
Como director, Alfredo Alcón trabajó en El caballito soñado,
obra en base a una selección textos de varios autores (Teatro San Martín,
1990), Los días felices de Samuel Beckett (Teatro San Martín, 1994) y El gran
regreso de Serge Kribus.
Asimismo dirigió y protagonizó Final de partida en 1990,
cuando la Alejandra Boero inauguró la sala de Andamio 90.
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