Final de partida, escrita por Samuel Beckett en 1957, un texto emblemático del teatro del absurdo, nos sumerge en un mundo agobiante y cíclico que no conduce más que al continuo estancamiento de los personajes, atrapados en una total desesperanza.
Hamm, ciego y paralítico, amo atrapado en un poder sin sentido junto a su esclavo Clov, siempre dispuesto, aunque a disgusto, a obedecer, ejerce su despótico poder.
A su lado, en sendos tachos,están los padres de Hamm que no tienen ni respeto ni reconocimiento y nos muestra la degradación de la vida.
Beckett pone el acento, en mi opinión, en la incapacidad de encontrar un significado en la vida.
Ambos personajes están condenados a una eterna espera de algo que nunca sucederá.
En medio del horror y a pesar de él, la obra está plena de poesía y una rara belleza.
El director, Alberto Madín, ha realizado una puesta, despojada y gris, respetando la idea y la esencia de la obra que propone el
autor, además de interpretar a Hamm transmitiendo el autoritarismo y, a la vez, la debilidad del personaje de forma perfecta.
Daniel Di Rubba, memorable en su papel de Clov nos muestra, de manera excelente, la impotencia y una rebeldía interna que,
nos muestra en sus tonos de voz y pequeñas pero contundentes acciones aunque no se exprese como rebelión.
Un desafío para el espectador que está obligado a reflexionar sobre su propia vida.
Una obra que, quien quiera ver una pieza teatral de valor y una puesta excelente, no debe dejar de ver.
María Buscaglia
El Jufré Teatro Bar
Jufré 444 C.A.B.A.
Sábados 19.30 hs.
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