El ser humano, o por lo menos, algunos han creado y fomentado guerras por motivos económicos, de poder, por odio a
ciertos pueblos, etc.
Alguien, hace mucho tiempo, dijo que lo primero que muere en una guerra es la verdad. Seguramente es así pero,
además de la verdad, lo cierto es que mueren y sufren inocentes.
Ésta es una obra que da cuenta de ello.
Inés Grimland ha realizado, tanto en la dramaturgia como en la puesta y dirección de "Testigos", una verdadera muestra
de esta cruel y triste realidad que, por desgracia, se vive aún en nuestros días con minuciosidad y veracidad producto de
su investigación.
Tres situaciones de las millones que se vivieron en la Segunda Guerra Mundial muestran el sufrimiento humano, la ruptura
obligada de las familias y el desarraigo.
Los testigos: Una muchacha que no sabe el por qué de su segundo nombre y que lo descubre en cartas desgarradoras
que su abuelo guardaba. En ellas Rebeca, tal el nombre de la mujer y su propio nombre, le ruega que la saque de ese
infierno lo que, por desgracia, el hijo no pudo. Las cartas de una mujer con su amiga Helga, también en el medio de la
guerra y que debió soportar desprecios, y el dolor de ver destruida su familia, sus amigos y que dejó plasmado en tristes
e inocentes dibujos. Y un hombre, Abraham, que a pesar de que a los 10 años conoció el triste derrotero de la huida de
su tierra natal, el hambre, el frío y el dolor y que, a pesar de todo eso se siente agradecido a la vida.
Tres casos de los millones que serían imposibles de enumerar pero que no debemos olvidar.
Excelentes actuaciones que conmueven al espectador, no sólo por el tema sino por su compromiso con los personajes.
Una despojada pero eficaz escenografía a la que se suma , con gran acierto, una pantalla de fondo que proyecta la
crueldad de los bombardeos contrapuesta a la inocencia de los dibujos infantiles.
En resumen, una obra para ver y reflexionar.
María Buscaglia
Teatro El Tinglado
Mario Bravo 948
C.A.B.A.
Sábado 17.30 hs.