Todas las mujeres, en todas las épocas y en algún momento, sobre todo en
la niñez o adolescencia, soñamos con ser princesas. No siempre es fácil
concretar los sueños y , en nuestra sociedad siendo mujer, mucho más difícil.
Desde no reconocer, en la antigüedad, el alma de las mujeres hasta la
necesidad de manifestar con el slogan "Ni una menos", la mujer debió
recorrer un largo camino plagado de injusticias y frustraciones que aún
continua gracias a su perseverancia.
Esto lo pusieron de manifiesto Marcela Guerty y Paula Rementería,
autoras de "Princesas Rotas", de una manera contundente pero lejana
de toda solemnidad, en la que los personajes dan cuenta de forma eficaz su
condición de sometimiento.
La puesta que hace Ezequiel Comeron da cuenta de ésto y potencia con
gran despliegue escénico entre irónico y absurdo, esta triste situación.
Un barco anclado en el puerto de Buenos Aires oculta un taller
clandestino de confección de ropa con 3 mujeres y un transexual,
explotados por una "dueña" especulativa, autoritaria y cruel.
Las cosas se van complicando y una a una, incluida la explotadora, van
contando sus dramas y angustias de una forma tragicómica.
La música, las canciones y la coreografía dan a esta obra momentos
interesantes sin dejar de lado la denuncia, sobre todo al final cuando se dan
datos precisos de estos ilícitos en nuestro país.
Muy buenos los recursos audiovisuales que completan las muy buenas
interpretaciones de los actores.
Vale la pena verla y, más allá de pasar un momento entretenido, no
olvidar lo que está sucediendo cerca nuestro y que no sabemos o no queremos
ver.
Galpón de Guevara. Viernes 23 hs.
Maria Buscaglia
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