Crónica de un secuestro
De Mario Diament
Dirección Marco Pasetti
Funciones: Viernes 22hs
Teatro el Método Kairós: El Salvador 4530
Localidades $750 por http://www.alternativateatral.com.ar/
https://www.instagram.com/cronica.de.un.secuestro/
Con un ritmo intenso, casi sin dar respiro, Crónica de un secuestro nos enfrenta a nuestra incapacidad de asumir las culpas y al paradójico proceso de victimización que hace de sí el criminal en las sociedades modernas. Un thriller psicológico, pleno suspenso, y con un final abierto e inesperado.
Ficha técnica
Dirección Marco Pasetti
Elenco: Gabriel Cavia, Julian Caisson y Santiago Cerra
Asistente Dirección: Pablo Del Grosso
Iluminación: Gabriel Cavia
Fotografia: Leopoldo Minotti
Diseño de Escenografía y Vestuario: Andres Diaz Mendoza
Diseño y edición audiovisual: Axel Emilien, Luciano Nacci y Alan Sanz
Crónica de un secuestro, es una alegoría. Parte de la premisa de que la culpabilidad y la inocencia en nuestra sociedad son conceptos tan relativos, como pueden ser la seguridad y la desprotección. El hombre se protege comúnmente contra la naturaleza, contra la amenaza externa y contra sus propios instintos, pero suele estar desvalido ante su conciencia. Más allá de las leyes y los castigos, es el hombre a solas consigo mismo el que da la medida real de su culpa.
En la obra, Emilio Morel, un agente de seguros, es secuestrado sin causa aparente que lo justifique. Se considera a sí mismo un hombre común, ni rico ni pobre, un ciudadano ejemplar, apreciado por amigos y familiares… ¿Por qué entonces lo han secuestrado?
Mientras espera el rescate que deberá pagar su mujer, Morel será víctima de un juego perverso por parte de sus captores, que lo llevarán hasta el extremo de dudar si es la misma persona que ha creído ser desde un principio.
“Crónica de un secuestro”, es una alegoría donde nos expone cómo los vehículos del dinero y el poder, en una sociedad, terminan por enfrentarnos. Aunque, según el autor, sin esos vehículos, nos terminaría por desterrar nuestra mentalidad, ya que el mal radica en el objetivo.
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