Stefano
Nuevo grotesco musical, basada en el clásico “Stefano”, de Armando Discépolo, con versión y dirección de Rubén Pires / Intérpretes: Luis Longhi, Maia Francia, Marcelo Bucossi, Elida Schinocca, Mariano Falcón, Gonzalo Javier Álvarez, Nico Cucaro y Lucia Palacios / Funciones: Jueves, 20.30 hs. / Sala: Teatro Andamio, Paraná 660 / Entrada: $350 (Est. y Jub. $250) /
Redes: Instagran: Stefano.obra/FB: @stefano.obra
Sinopsis / Stefano, un compositor y director de orquesta italiano que llega a la Argentina hacia 1900 en búsqueda de una mejor posición social, se enfrentará, después de 20 años, a la más grande de sus frustraciones: no haber podido componer su propia ópera. Sumido en una profunda tristeza, el protagonista impartirá una guerra contra los mandatos del pasado y las pesadumbres de su presente inmediato (la hambruna, el hacinamiento y la miseria). La historia de un hombre que supo soñar a lo grande, mientras los condicionamientos tanto sociales como familiares, lo zambullen en lo hondo de su patética y grotesca existencia.
El espectáculo recorre el siguiente repertorio musical: “Obertura”, “Ave Stefano”, “Margarita”, “Pastore”, “Stabat Mater para Ñeca”, “Intermezzo”, “Un baúl barco”, “Stabat mater con coros”(letra Papa inocencio III y Jacopone da Todi) - todas creaciones originales de Sergio Vainikoff-, “Napoli del mio cuore” (de Guillermo Fernández), “Ilusión marina” (de Gerónimo y Antonoi Sureda), “Lucevan le stelle” (de Giacomo Puccini), “Una furtiva lagrima” (de Gaetano Donizetti), “O sole mío” (de Giovanni Capurro y Eduardo Di Capia) y “Variaciones Bach” (de Sergio Vainikoff)
Sobre el proceso creativo, por Rubén Pires
La dramaturgia de Stefano tiene un tamiz musical incuestionable. El lenguaje coral de sus personajes constituye un universo sonoro que, en el proceso creativo, buscamos plasmar con la misma rigurosidad que posee el mecanismo de relojería de una ópera.
El grotesco, ese modo tan voraz pincelado por Discépolo que nos hace llorar y reír a la vez, aparece en la confrontación dialéctica entre el ideal que no se alcanza y el universo dramático de sus criaturas. Es por eso que, más que lo que dicen sus personajes, nos importa aquello que sucede con lo que dicen
Ante el cambio de paradigmas que nos acarrea la posmodernidad, el universo del autor se despliega estéril, seco, polvoriento, burlón y brutalmente irónico sobre nuestra forma de transitar la vida. El material, como todo clásico, tiene una contemporaneidad que deslumbra, por tal motivo, exploramos artesanalmente la erosión del lenguaje, indagamos en los ensayos para poner en escena lo enigmático y profundo que subyace entre las palabras, un lenguaje que solo da indicios de sus secretos.
Sabemos que la interpretación y la disponibilidad del cuerpo de los actores puestas al servicio de los avatares que habitan los personajes, desembocarán inevitablemente en un círculo virtuoso de reflexión activa con el espectador. Nuestro deseo es provocar, a través de este humor netamente discepoliano, un racimo de interrogantes respecto del irónico campo de batalla que implica la existencia humana.
Ficha Técnica y Artística: Autor: Armando Discépolo; Adaptación del Original: Rubén Pires; Intérpretes: Luis Longhi (Stefano); Maia Francia (La esposa); Marcelo Bucossi (El padre de Stefano); Elida Schinocca (La madre de Stefano). Los hijos: Mariano Falcón (Esteban); Nico Cucaro (Radames) y Lucia Palacios (Ñeca). Gonzalo Javier Álvarez (El discípulo-Pastore); Diseño y Realización de Vestuario: Nelly Bellomo; Diseño de Escenografía: Rubén Pires y Gustavo Di Sarro; Iluminación: Rubén Pires; Diseño de maquillaje: Analía Arcas Asistente de Producción: Mechi Landó; Diseño Gráfico e Ilustración: Nahuel Lamoglia; Coaching vocal: Marina Tamar, Asistentes de Dirección: Sol Ángeles Navas y Macarena Palacios Longo; Música Original: Sergio Vainikoff; Puesta en Escena y Dirección: Rubén Pires; Duración: 90 minutos
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