El tiempo es algo que siempre preocupó al ser humano. Filósofos, poetas y hasta científicos se
ocuparon de estudiarlo, discutir sobre él y dar versiones y supuestos de su
invisible pero inexorable paso.
Mariana Chaud, dramaturga y directora de esta pieza teatral,
nos propone un triple juego con tiempos diferentes de una mujer que vivió, o
creyó vivir intensamente y que se resiste a entregarse a la muerte.
Su juventud, en un largo viaje, real y también simbólico,
desde el hastío hasta la ilusión de un amor prohibido y luego la frustración,
se hacen presente constantemente en sus recuerdos como una forma de asirse a la
vida.
Su vejez, enfrentada con un tiempo, encarnado en su hija y
nietos, que se le va de las manos sin que pueda ser parte de él.
Y su muerte en la que deja un tendal de dudas y rencores en
sus descendientes.
Una obra sensible, exquisita, de gran belleza visual y con
toques de un fino humor dentro de la profundidad del tema.
Excelente desde todo punto de vista: el vestuario, la puesta, la escenografía.
Un párrafo aparte para las excelentes, perdón por la
redundancia, pero no encuentro otra palabra, actuaciones de todo el elenco en
el que se destacan Graciela Dufau y Maruja Bustamante.
La dirección de Mariana Chaud es impecable y muestra con
realismo no exento de poesía una instancia de la vida que de una u otra manera
todos deberemos pasar.
Una obra para ver, reflexionar y también disfrutar.
Teatro Nacional Cervantes
Jueves a Domingos 21
hs.
María
Buscaglia
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