Seis actrices se mueven en escena para mostrarnos diferentes
tiempos en la vida de Tres hermanas. Los
vínculos atemporales nos muestran una línea, que va de la sociedad chejoviana a
la dictadura en Argentina, con una sutileza y emotividad digna de un excelente
director como es Marcelo Savignone.
Es como abrir y mirar un álbum y ver desplegados los sueños
y situaciones que fueron o pudieron haber sido y luego volver al presente con
nostalgia, reproches y culpas pero con el lazo afectivo intacto.
Al final , ante la aparición del hermano, que cobra una
dimensión diferente al de la obra de Chejov, es como que el círculo se cierra y
nos induce a la reflexión sobre el paso del tiempo, la fragilidad de la vida y
hasta la hipocresía.
Excelentes actuaciones de las seis actrices.
La escenografía y la iluminación aportan de una manera
perfecta la dramaturgia que con acierto compuso el director.
Una excelente obra, para no perdérsela.
María Buscaglia
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